Otro aspecto clave para la evaluación del rendimiento de un proyector es calcular el tiempo que este dedica a cada fotograma. Para ello, basta invertir la frecuencia de refresco del proyector (es decir, dividir 1 por dicha frecuencia) y luego pasar ese número a milisegundos. Por lo tanto, para un proyector con una frecuencia de refresco de 120 Hz, cada fotograma representa 8,3 milisegundos. Este tipo de conversión ayuda a conectar los dos conceptos descritos anteriormente, ya que brinda una forma de expresar la latencia o el retraso de entrada de un proyector (en base a su frecuencia de refresco) en unidades de tiempo. Como resultado de ello, la mayoría de las marcas de proyectores para juegos utilizan los milisegundos en sus tablas de especificaciones para expresar su retraso de entrada o valores de latencia, lo que confirma que el tiempo es uno de los factores más importantes en los juegos.