En el caso de los proyectores, el retraso de entrada, o latencia, se refiere al tiempo transcurrido entre que el proyector recibe la señal de audio/vídeo de la fuente de entrada (la consola de videojuegos) y el momento en que se proyecta realmente el vídeo que corresponde a esa señal, lo que puede causar problemas como el tiempo de retraso o los parones en la imagen. Debido a este fenómeno y a cómo puede afectar a nuestra capacidad para jugar al más alto nivel, un tiempo bajo de retraso de entrada es uno de los factores clave en los que debemos fijarnos al determinar si un proyector mejorará o empeorará nuestras habilidades de juego, ya que deseamos que muestre instantáneamente el vídeo que la consola le está transmitiendo, con el fin de poder tomar esas decisiones en una fracción de segundo.
Vale la pena señalar que el tiempo de retraso de entrada no es lo mismo que el tiempo de respuesta. El tiempo de respuesta en los juegos es el transcurrido entre que se pulsa un botón del mando y el momento en que el personaje realiza la acción correspondiente. Por lo tanto, involucra a todo el hardware implicado en el juego, mientras que el retraso de entrada se refiere solo a la parte de la ecuación relativa a la señal de entrada y el proyector.