Los televisores económicos son conocidos por tener demasiado retraso de entrada, sobre los 30 ms o más, lo que puede afectar a la calidad de juego para muchas personas. No cabe duda de que los buenos televisores con modos específicos para juegos ofrecen bajos retrasos de entrada, pero también los encontramos en los nuevos proyectores para juegos. En general están a la par y el viejo mito de que los proyectores son lentos ha pasado a ser eso: solo un viejo mito. Además, los buenos televisores para juegos cuestan proporcionalmente mucho más que los proyectores con el mismo rendimiento si tenemos en cuenta el tamaño de la pantalla.
A modo de ejemplo, el BenQ X1300i ofrece 1080p a 120 Hz con un retraso de entrada de unos 8 ms; el BenQ TK700STi, por su parte, da 16 ms en auténtico 4K a 60 Hz. Se trata de cifras muy impresionantes que brindan juegos fluidos con buena capacidad de respuesta en pantallas enormes, a diferencia de los tamaños limitados y encorsetados de los televisores, que también pesan mucho más que los proyectores y, por lo tanto, no están pensados para cambiarlos de ubicación. Un televisor para juegos suele pesar unos 20 kilos, mientras que el BenQ TK700STi pesa poco más de 3. Este es un extra que nos gustaría resaltar antes de que lo pasemos por alto. Los proyectores de nueva generación son mucho más compactos y livianos que los televisores grandes, cuyas pantallas no lo son tanto como las de los proyectores: al final, son dispositivos grandes y pesados que no vamos a querer mover hasta que llegue la hora de sustituirlos. Comparativamente, un buen proyector de juegos es prácticamente portátil.
En cualquier caso, con un buen proyector de juegos podremos disfrutar de la visualización en gran formato de nuestros títulos favoritos, de cualquier género, ya sean de disparos en primera persona, juegos de rol de acción con mucha historia o cualquier otro. Además, con la ventaja de una mayor movilidad, el producto no permanecerá vinculado a una ubicación concreta durante toda su vida útil.