Sin duda, y eso vale para monitores, proyectores, proyectores portátiles o, incluso, nuestro querido televisor. Mientras que hasta la llegada de HDMI 1.3 el dicho “todos los cables HDMI son iguales” era más o menos cierto, desde la aparición de HDMI 1.4 y el 4K, el ancho de banda de datos del cable marca una gran diferencia.
Para colocar las cosas en perspectiva, HDMI 1.3 puede transferir 10,2 Gbps (gigabits por segundo) y no admite 4K en absoluto. Esa versión de HDMI está ahora anticuada: es un producto de principios de siglo, de la era del 1080p. HDMI 1.4 tiene el mismo ancho de banda de 10,2 Gbps. Se pensó como una rápida actualización de HDMI 1.3, con compatibilidad para 4K a 30 Hz y sin HDR. Luego, llegó el paso de gigante con HDMI 2.0, que casi duplicó el ancho de banda hasta los 18 Gbps. Eso permite 4K a 60 Hz (es decir, 60 fotogramas por segundo) además de metadatos HDR. Por eso HDMI 2.0 fue tan eficaz para popularizar el vídeo 4K HDR y, sobre todo, los juegos 4K HDR. Aunque ver 4K a 30 Hz puede estar bien para algunos juegos de ciertos géneros, el 4K a 60 Hz ofrece un buen rendimiento incluso en títulos más orientados a los reflejos.
Más recientemente, llegó HDMI 2.1, el mayor desarrollo en la historia de HDMI. Este monstruo va más allá de duplicar el ancho de banda, pues llega a los 48 Gbps. HDMI 2.1 admite 4K a 120 Hz y 8K a 60 Hz, por lo que es una apuesta a prueba de futuro. El exceso de ancho de banda es suficiente incluso para características como el modo automático de baja latencia y las frecuencias de refresco variables, dos opciones directamente destinadas a los juegos de gama alta. Además, HDMI 2.1 es compatible con la próxima generación de HDR, conocida como HDR dinámica. Como su nombre sugiere, el HDR dinámico ajusta los parámetros de la imagen sobre la marcha, en lugar de generar un perfil HDR fijo. Sorprendentemente, HDMI 2.1 incluso admite una resolución de 10 K a 24 Hz para contenidos cinematográficos y de televisión.
Así pues, sí, el ancho de banda de HDMI sin duda marca la diferencia. Los días en que se podía comprar cualquier cable han quedado atrás.