Tanto si hablamos de fotógrafos como del público en general, lo primero que se viene a la cabeza a la hora de elegir un monitor es, sin duda, el tamaño. El tamaño de los monitores ha pasado de las 19 y las 21 pulgadas a las 27 y las 32 pulgadas que dominan el mercado actual. Para los fotógrafos, el uso de una pantalla de mayor tamaño para examinar imágenes les permite disfrutar más. Además, las pantallas de mayor tamaño también pueden tener abiertas más ventanas cuando se utiliza software de procesamiento de imágenes profesional, lo que también mejora la eficiencia del trabajo. Una vez dicho esto, ¿es realmente mejor un monitor de mayor tamaño? Por desgracia, la respuesta es “no”. La distancia óptima entre el usuario y el monitor es directamente proporcional al tamaño del monitor. La distancia ideal suele ser 1,5 veces el tamaño del monitor (la longitud diagonal del área de la pantalla). Es decir, cuanto mayor sea el monitor, más distancia se necesitará. Si los usuarios se acercan demasiado al monitor, las imágenes se verán borrosas, lo que cansa la vista y produce incomodidad. Por otro lado, si está más lejos de lo necesario, el usuario no podrá identificar los detalles de las imágenes y, a veces, ni siquiera los textos. Por ese motivo, la mejor elección no es siempre un monitor de mayor tamaño. El tamaño de monitor ideal es el óptimo para ver y trabajar al mismo tiempo que se garantiza la comodidad.